Es fundamental para las plantas adquiridas en viveros, donde las condiciones de luz, temperatura y humedad, se controlan con gran precisión.
Si no se extreman los cuidados en esta fase crítica, las plantas pueden morir en pocos días.
Ficha completa
¿Qué plantas deben elegirse para interiores?
Él conseguir hacer una buena selección de plantas para el hogar no resulta una tarea fácil. El problema reside en que no todas ellas se adaptan bien a las condiciones de luz, temperatura y humedad que les proporcionan los ambientes de interior.
¿Cómo se realizará la aclimatación?
A pesar de que se ponga el máximo cuidado al elegir los lugares más idóneos para las plantas, es indudable que éstas sufrirán un cambio muy brusco con el traslado desde el ambiente del invernadero —con humedad, luz y temperatura muy controladas—. a las condiciones variables de un interior. Para evitar que se resientan, es conveniente que los primeros días permanezcan, al menos durante las horas de luz, en una habitación sombreada y templada. Al cabo de este tiempo se podrán colocar en el emplazamiento elegido.
¿Qué se debe evitar?
Es conveniente que las plantas no se cambien continuamente de lugar, ya que se dificulta su adaptación. También se deberá
evitar que los rayos de sol incidan directamente sobre las hojas a través de los cristales de una ventana, pues tras el riesgo, las gotas actúan como una lupa, quemando las hojas. Por último, se evitarán también las corrientes de aire que les resultarán siempre muy perjudiciales.
¿Cuáles son las plantas que mejor se aclimatan?
Siempre las que se desarrollan en ambientes templados entre los 14u y los 16° C. Por ello, los Nidularium, Saintpaulias o Prímulas son algunas de las plantas más empleadas en decoración.
¿Dónde se colocarán las plantas Tropicales?
En lugares donde se alcancen temperaturas entre los 18° y 22° C, es decir, con fuerte calefacción, siempre que se tome la precaución de pulverizarlas con frecuencia, para mantener un ambiente húmedo.
¿Cuál será el mejor lugar para los heléchos?
Sin duda, el cuarto de baño, ya que reúne unas condiciones de temperatura y humedad adecuadas a este grupo de plantas.
Calefacción
Uno de los problemas que más afectan a las plantas cultivadas en el interior de la casa o en invernaderos, son los cambios bruscos de temperatura, que se producen en estos lugares entre el día y la noche. La mejor manera de evitarlos, consiste en dotar a estas zonas de algún tipo de calefacción controlada.
¿Cuántos tipos hay?
Si se pretende cultivar especies de zonas templadas o cálidas en zonas frías, e principal inconveniente consistirá en proporcionar a las plantas temperaturas adecuadas para su perfecto desarrollo. Para conseguirlo hay varios sistemas.
Si disponemos de una casa con calefacción central, el problema está resuelto en gran parte porque ésta proporcionará una temperatura medía adecuada; sin embargo, presenta una grave contrapartida, deseca mucho el ambiente. Para salvar este escollo habrá que suministrar a las plantas pulverizaciones frecuentes o disponer bajo cada maceta pequeños recipientes planos con agua que al evaporarse proporcionará un microclima adecuado.
Si lo que se trata de caldear es una terraza acristalada o un pequeño invernadero de jardín habrá que recurrir a otro tipo de calefacción. La más económica, sin duda, será por agua caliente y si la casa no está muy alejada, se puede sacar una derivación de la calefacción central. Otro sistema consiste en calefacción eléctrica en sus dos vertientes, de placas infrarrojas y resistencias, que aunque bastante eficaces y limpias son muy costosas de mantenimiento. Por último, tenemos los generadores de aire caliente que funcionan con diversos combustibles y que. a pesar de ser baratos, presentan la desventaja de ser sucios y, en algunos casos, producir sustancias tóxicas para las plantas. Por este mismo motivo, la calefacción a base de butano está proscrita de las zonas en donde vivan plantas.
¿Qué temperatura será la más adecuada?
Lo ideal será que dentro de la habitación no haya oscilaciones termométricas superiores a los 10° C entre el día y la noche.
Así, si durante el día la temperatura de la estancia se ha mantenido en torno a los 25° C, por la noche el termómetro no deberá bajar más allá de los 15° C. Cuando por el día el termómetro marque más de 30° C, para evitar tener que caldear excesivamente la habitación por la noche, con el consiguiente gasto de energía, será conveniente proporcionar algún tipo de ventilación que la reduzca hasta unos 25° C.
Problemas y precauciones
Aparte del ya comentado de desecar excesivamente el ambiente, problema fácil de subsanar mediante riegos o humidificadores ambientales, los sistemas de calefacción presentan otro grave riesgo: la aparición de enfermedades y plagas. Efectivamente, al amparo de la temperatura y humedad constantes del invernadero, se desarrollan toda una legión de insectos y honguillos parásitos que conviene exterminar en cuanto aparezcan. Lo mejor son las fumigaciones preventivas con insecticidas y fungicidas aplicados regularmente.
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