Naranjo, árbol de naranja
Morfológía
Raiz .—Pivotante en su origen, bifurcándose en seguida hasta producir las más finas raicecillas, formando una extensa cabellera.
Tallo. —Leñoso, erguido, cilindrico, liso, lampiño y provisto de infinidad de glándulas vesiculares llenas de un aceite esencial.
Las ramas jóvenes son de un hermoso verde claro, angulo¬ sas y provistas do espinas axilares que no son otra cosa que hojas transformadas.
Hojas. —Persistentes, alternas, oval-oblongas, coriáceas, lustrosas, lampiñas, con el anverso de un verde más oscuro que el reverso, borde algo festonado, de peciolo corto y me¬ dianamente alado.
Tlorcs. —Completas, axilares ó terminales, solitarias, corim¬ bosas ó racimosas, blancas ó algo amarillas ó rosadas y de o-ratísimo olor.
Cáliz. —Persistente, libre, de tres á cinco divisiones, urceo- lado.
Corola. —Ilipogínea, regular, de cinco á ocho pétalos libres ó algo soldados por su base, elípticos, cóncavos y de prefloración imbricada
Estambres. —Indefinidos, en número de veinte á treinta, se¬ gún la especie, con los filamentos ensanchados, reunidos por su base en varios hacecillos. Anteras biloculares, dorsifijas, introrsas.
Ovario. —Súpero, multilocular, terminado por un estilo sen¬ cillo y un estigma hemisférico.
Fruto. —Este es una baya plurilocular envuelta en una cu¬ bierta celulosa más ó menos gruesa, cuya substancia interior es blanca, carnosa y poco sápida, en tanto que su parte exte¬ rior es de un hermoso amarillo y un sabor amargo. Debajo de esta cubierta celulosa se encuentra la baya propiamente dicha, formada de un número de carpelos que varia de siete a doce, cada uno de los cuales tiene una envoltura particular. La parte interior de estos tabiques está repleta de vesículas pulposas y muy jugosas, cofocadas perpendicularmente al eje, y po¡. ultimo, hacia la mitad del ángulo interno de cada car¬ pelo, están fijas un pequeño número de semillas horizontales con su testa membranosa, conteniendo á menudo varias plán-‘ tulas.
Todas las partes superficiales de este árbol, excepto los es- tambres, se hallan sembradas de vesículas que contienen un aceite esencial, pero cuando los estambres manifiestan dispo¬ siciones para transformarse en pétalos, inmediatamente e 3 tas vesículas aceitosas aparecen en su superficie. El naranjo dul¬ ce tiene las vesículas convexas, el naranjo agrio cóncavas, y ptras especies de la misma familia las tienen plauas.
Por los caracteres citados, esta planta pertenece á la fami¬ lia de las Aurantiáceas ó llesper ideas; al género Cilrus; y res¬ pecto á la especie, son dos las principales; la naranja dulce {cilrus auranlium ] y la naranja agria [ cilrus bigaradia].
De estas dos especies se conocen, según Iiisso y Poiteau, 45 variedades de la dulce y 32 de la agria.
Cultivo del naranjo
SUELO.
El terreno que se dedique al cultivo del naranjo debe te¬ ner por lo menos un metro de profundidad, y ser susceptible de regarse, de consistencia media, algo fresco sin ser muy húmedo.
Respecto á su composición, no se puede decir á punto fijo cuál será la más conveniente, pues se conocen terrenos de muy diversa composición en los que prospera el naranjo per¬ fectamente. Pero como resultado de varias observaciones, parece que las tierras silícco-arcillosas ó arcillo-calcáreas son las más convenientes para su perfecta conservación y desarro¬ llo. Los suelos calcáreos más ó menos puros, los completa¬ mente silíceos y los arcillosos húmedos, no le convienen ab¬ solutamente; en los primeros, los abonos se descomponen rápidamente antes de poder ser utilizados por la planta, y exigen riegos excesivos con los cuales se lixivia el suelo y se agota; en los últimos, la excesiva humedad detenida priva á las raíces de la acción del aire y determínala putrefacción.
Se ha observado que los témenos en que mejor se da el na¬ ranjo son muy ricos en x>otasa.
Es también de todo x>unto indispensable reconocer la na¬ turaleza del subsuelo, puqs muchas veces se encuentran te¬ rrenos de muy buenas condiciones al exterior, y compactos y malísimos en el interior ó viceversa.
CLIMA.
El naranjo se desarrolla en los climas cálidos y templados. En todas las costas de nuestro país crece con extremada loza¬ nía, extendiéndose hasta aquellos lugares que tienen una al¬ tura de 1,200 metros próximamente sobre el nivel del mar.
La florescencia del naranjo requiere una temperatura me¬ dia de 18° c.
La nieve y la escarcha perjudican mucho al naranjo, sobre todo cuando estos meteoros duran algún tiempo y el deshie¬ lo se verifica bajo la influencia del sol.
Reproducción del Naranjo
PROPAGACIÓN.
El naranjo, como los demás árboles frutales, puede propagarse ya sea por sus semillas [;multiplicación natural’], ó por sus yemas aéreas o subterráneas [multiplicación artificial]. El primer método perpetúa la especie y da origen á nuevas variedades, pero se ve también muy frecuente el caso de que de¬ generen, así como también que la reproducción por este sistema es más dilatada.
Por el segundo medio [acodo, estaca é injerto] se conservan las especies y se acelera en ellas al propio tiempo la fructificación, siempre más tardía en los individuos obtenidos por semilla; pero en cambio.los árboles obtenidos por siembra son mas robustos y de mayor duración.
El naranjo dulce no se presta muy bien á su propagación por acodo, y para conseguirlo es necesario recurrir á las ligaduras á fin de favorecer la acumulación de jugos que con¬ tribuyan á acelerar el desarrollo de las yemas enterradas. La especie agria es más dócil.
La práctica de este método de propagación es el siguiente: Se escogen macetas de tamaño regular, las cuales se dividen en dos mitades longitudinales é iguales, y se sujetan por arri¬ ba y por abajo con un hilo ó cordel de alguna consistencia. Se eligen ramas en el árbol que se quiere acodar, de uno ó dos dedos de grueso, que sean rectas, las cuales si son muy largas, se recortan dejándolas de una longitud de 1 metro a 1 metro y medio. En la parte de estas que ha de venir a ocupar el centro de la maceta, se hacen con la navaja dos incisiones anuales distantes una de otra 0m.02 ó 0m.03, y se separa la corteza de esta parte.
Hecho esto, se coloca la rama así preparada en el interior
e a maceta, se ligan las dos mitades de ésta, se rellena con tierra bien abonada y se riega.
En este estado se dejan, teniendo la precaución de que el peso cea maceta no obre directamente sobre la parte inferior de la rama acodada, procurándole de cualquiera manera un soporto independiente de ella.
Al año, las raíces que se lian formado llenan casi toda la maceta y entonces se corta la rama por su parte inferior cons¬ tituyendo así la parte que enraizó en la maceta un individuo nuevo capaz de desarrollarse y sostenerse por sí solo.
Estas nuevas plantas pueden ser colocadas inmediatamen¬ te á permanencia en el lugar destinado al objeto, retirando antes las dos partes que han formado las expresadas macetas, lo que con facilidad se consigue cortando los hilos que las su¬ jetaban.
Si estas plantas se cuidan bien, pueden comenzar á fructi¬ ficar á los dos años.
Respecto á la reproducción por estaca, rara vez prende la del naranjo dulce; siendo por lo tanto mejor obtener por siembra pies vigorosos sobre los que después se aplicará el ingerto.
Según algunos cultivadores, son preferibles los patrones obtenidos con semilla de naranja dulce, y según otros los de naranja agria.
Se previene, además, que si los naranjos deben ser de poca altura, se elijan los pies procedentes de nafanja dulce. Los de semilla agria son más vigorosos, más desarrollados, de más duración, resisten más el frío, y por lo tanto se destinan á naranjos de alto tallo.
Siendo el sistema de la reproducción por ingerto el más usado, seguro y pronto, describiremos la serie de operaciones que al efecto se practican, las cuales comprenden: la elección de la semilla, el establecimiento de un semillero ó almáciga para la obtención de buenos patrones, un plantel, el ingerto y eltrasplaute. I
Elección de la semilla .—Esta se hace escogiendo las naran- jas que por su gusto, su tamaño, etc., indiquen que estos fru¬ tos han alcanzado su completa madurez.
Estas naranjas se dividen para recoger todas las semillas que en su interior contienen, las que se colocan en un incipiente con agua para que se laven; después de algunas horas, se recogen, separando las que sobrenaden, por inútiles, y en seguida se secan, conservándolas en frascos tapados.
Obtenidas asilas semillas,es conveniente,si no se emplean luego, conservarlas entre capas de arena para que no se sequen y abran.
Almáciga .—El terreno en donde ésta se forme debe sei de buena calidad, limpio de toda hierba y gozar de buena exposición para que lo bañe el sol por todos lados y con abundan¬ cia de agua para el riego.
Elegido el lugar, se excarbará el terreno hasta la profundi¬ dad próximamente de 0m.50; se desmoronará perfectamente la tierra, limpiándola de cuanta raíz y hierba pueda contener, y se mezclará con un poco de mantillo bueno y fino para que se beneficie, se ahueque y se ponga suelta, y la planta pueda nacer con más libertad.
Hechas estas operaciones se empareja la tierra con el ras¬ trillo y se trazan rayas paralelas á la distancia de 2 á 3 centí¬ metros unas de otras, y de 3 á 4 centímetros de profundidad.
En el fondo de estas rayas se colocan las semillas, procu¬ rando que la siembra sea algo tupida, pues muchas semillas suelen no nacer, ya por propios defectos que tienen ó ya por¬ que las devoran los insectos, las aves y otros animales que las acometen. Depositadas las semillas se cubren con una ligera capa de tierra y estiércol menudo, y se riega para que co¬ miencen las funciones de la germinación.
En este estado el semillero, hay que procurar una constan¬ te humedad, y que la tierra que cubre la semilla permanezca suelta para que no oponga resistencia al nacimiento de la jo¬ ven planta. Esto se consigue regando cada tercer día después de la puesta del sol.
Cuando la plantita. ha salido al exterior, el riego ya no se hace directamente sino por canos establecidos de antemano en las orillas. +
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