Tomillo «Uso medicinal»

El tomillo es una planta muy aromática perteneciente a la familia de las lamiáceas, y nace espontáneamente en los sitios áridos y montuosos, cultivándose también algo en los jardines. Es común en España (aunque no se da en las Baleares), y en toda la parte templada de Europa, América y Asia, encontrándose principalmente en gran abundancia en la región mediterránea.
El tomillo común, llamado también salsero, es muy apreciado como planta de uso culinario y de uso medicinal. Su nombre botánico es Thimus vulgaris L. Se recolecta en la época de la floración, que tiene lugar desde abril a junio, según los climas.

En medicina se emplea toda la planta. Se la considera como excitante, antiespasmódica y altamente desinfectante.
El tomillo debe sus virtudes antisépticas a su esencia, cuyos principales componentes son dos fenoles, uno líquido llamado carvacrol, y otro sólido, llamado timol o alcanfor de tomillo, que es uno de los más poderosos desinfectantes que emplea la medicina moderna, pudiéndosele considerar como un sucedáneo del ácido fénico, con mayor ventaja, por ser tan desinfectante como éste y menos cáustico.

Interiormente, como excitante y estimulante, se aconseja el tomillo en infusión, preparada como la de tila, manzanilla, etc., a las personas que padecen digestiones lentas y flatos pertinaces.
El infuso de tomillo, debido al estímulo que produce en el sistema nervioso, da vitalidad en los casos de atonía general, dolores nerviosos, etc. Puede también usarse, en vez del infuso, el tomillo seco y pulverizado, en la cantidad de cinco o seis gramos al día. Conviene tomarlo después de las comidas, tanto en una como en otra forma.
Pecientemente se indica, en algunas obras, el empleo de la infusión de tomillo contra la coqueluche o tos ferina, llamada vulgarmente catarro de los niños.

Por sus propiedades desinfectantes se recomienda el infuso de tomillo en lavativas, cuando se sospecha la existencia de una infección intestinal. En estos casos el tomillo es doblemente ventajoso, pues, por sus efectos estimulantes, provoca la evacuación y, por su acción antiséptica, desinfecta el canal intestinal. La cantidad de
tomillo que ha de emplearse debe ser unos 50 gramos por litro de agua.
El lavaje de toda clase de llagas y heridas, es muy útil hacerlo con una infusión de tomillo, cuya acción desinfectante y aséptica es debida al timo! que contiene y al agua hervida. Mediante estos lava¬ jes se logra la desinfección de las úlceras y de las heridas, notándose
que pronto adquieren éstas mejor aspecto, y facilitándose por consiguiente su curación.
La infusión de tomillo, sola o mezclada con la de otras plantas aromáticas, se ha usado también en baños para combatir el escrofulismo en todas sus manifestaciones, pero en especial contra la debilidad y raquitismo de los niños.
Las lociones repetidas de la infusión muy concentrada de tomillo, se emplean con éxito contra la sarna.
Las fumigaciones de tomillo se usan, desde muy antiguo, para los dolores nerviosos de la cara o cabeza, lográndose a veces un gran alivio. Póngase la planta seca sobre ascuas y recíbase el humo en la parte dolorida, directamente o por medio de trapos perfumados.

El tomillo forma parte de muchos preparados polifármacos y de él se obtiene una tintura, un extracto y agua destilada.

La esencia de tomillo se extrae por destilación de la planta, a través de la cual se hace pasar una corriente de vapor de agua. De esta esencia se deriva el timol o ácido timico, que, como hemos dicho más arriba, es el principio sólido al cual debe sus excelentes propiedades antisépticas:

Ya desde muy antiguo acostumbran a usar las familias la llamada sopa de tomillo , que consiste en echar un infuso de esta planta sobre finas rebanadas de pan, a las que se haya rociado aceite y sal; si se desea una sopa más nutritiva, se le añade una o dos yemas de huevo. Constituye este plato un alimento muy agradable al paladar y muy sano para las personas de todas edades y aun para los estómagos más delicados, porque, a la par que alimenticio y antiséptico, es de fácil digestión.

Las personas que guardan siempre tomillo en casa, deben tener la precaución de ponerlo en sitio fresco y seco, y para que no pierda su aroma, lo mejor es conservarlo dentro de envases de hojadelata, bien tapados.
Finalmente, el tomillo es, entre las plantas aromáticas, una de las más apetecidas por las abejas; así pues, en los puntos donde hay colmenas, debe procurarse plantar tomillo en abundancia, para que aquel insecto al libar en él, comunique a la miel su perfume tan agradable. A este aroma debía su celebridad la miel del monte Himeto en la Grecia antigua, que era muy conocida por toda Europa con el nombre de Miel de Himeto.

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