Cactaceas, sedum, crásulas, agaves, aloes, echeverias

Cómo cuidar de las plantas suculentas.

Cultivo de suculentas.

Cuidados generales y particulares de las plantas crasas.

Aunque los cuidados de las suculentas, no son tan generales como se podría suponer, ya que la diversidad de plantas crasas es muy abundante y no necesariamente pertenecen a una misma familia o a un mismo género. Por este motivo existen ciertos cuidados particulares que se deben diferenciar de ellas dependiendo de donde pertenezca cada especie en particular.

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Los cuidados generales de las suculentas

Sin embargo, se puede adquirir un criterio de cuidados en términos generales si la identificamos de acuerdo a su familia y género al que pertenece y obtener un conocimiento amplio para luego conocer el cuidado específico de la especie o variedad que vamos a cuidar.

Los cuidados generales de todas las suculentas.

Los aspectos de mantenimiento inherentes a todos los tipos de suculentas son los siguientes:

Riego escaso

La característica que define a las plantas crasas como tal es la suculencia, es decir, la acumulación de reservas de agua en hojas o tallos. Esta característica hace que las plantas suculentas sean más resistentes a las sequías y por lo tanto a climas áridos o secos.

De aquí parte la primera generalidad que debemos considerar para todas las plantas de este tipo.

El bajo nivel de riego que requieren las suculentas se mide de acuerdo al estado del sustrado. Debemos regar solo cuando la tierra esté completamente seca.

Evitar encharcamiento

Como hemos mencionado, estas plantas están acostumbradas y adaptadas a las sequías por lo que sus raíces son susceptibles al exceso de agua. Es por esto que los riegos deben ser moderados en cuanto a la cantidad de agua que se añade  a la tierra. Según el grado de suculencia de la planta debemos solo humedecer o mojar la tierra, pero siempre evitando inundar la zona, ya que un exceso de agua puede pudrir las raíces y matar a la planta.

Buen drenaje.

El drenaje tiene que ver con el escurrido del agua en el sustrato, es decir, la capacidad que tiene la tierra para contener el agua. En este caso el recorrido del agua de riego debe ser fluido y no debe quedar estancada. Para lograr esto debe airearse la tierra para que el exceso de agua tenga paso para una via de escape. Esto se logra mezclando el sustrato con perlita o vermiculita en una proporción del 30%. Si la planta está en maceta es importante que esta tenga los orificios de salida de agua correspondientes.

Ph neutro

Salvo algunas excepciones que se explican según la especie que corresponda, el sustrato de las suculentas debe ser neutro de 7,2 a 7,5 pH.

Nutrientes nivelados

En el caso de los nutrientes estos deben estar equilibrados. Es decir, las proporciones de los macronutrientes principales; Nitrógeno, fósforo y potasio, deben ser equivalentes. 

Luz natural

Por último y no menos importante es la exposición al sol que requieren las plantas suculentas. Si bien existen especies que toleran muy bien la sobra e incluso pueden vivir en interiores, las plantas crasas son, por naturaleza, plantas de climas cálidos y de mucho sol. Sin embargo, debemos ser cuidadosos a la hora de generalizar en este punto, ya que contradictoriamente muchas suculentas pueden resultar severamente afectadas a una exposición solar directa si las temperaturas son muy elevadas. Esto es por encima de los 30 °C. Si bien muchas de estas plantas están preparadas para exposiciones de calores intensos y muchas horas de sol directo, como en el caso de los cactus, en otras especies, como los Agaves pueden quemarse por el rayos del sol y causar daños irreversibles.

En este sentido podemos concluir que en términos generales, las suculentas pueden tolerar sol directo a temperaturas que no superen los 30 grados, aunque existen casos de plantas crasas con mayor tolerancia, podemos aseverar que todas las suculentas con una exposición solar moderada tendrán un desarrollo satisfactorio.

Evitar la etiolación

La etiolación es cuando los tallos de las plantas se estiran e inclinan en una dirección determinada. Esto sucede cuando la planta busca la luz del sol. Muchas personas piensan que esto es por falta de luz e intentan resolverlo ubicandola en un sitio con más luz. Sin embargo, esto no es del todo así; si bien la luz es la causa por la cual la planta experimenta esta deformación, la solución no radica simplemente en ubicar a la planta en un ámbito más iluminado sino que se debe prestar especial atención «al sector específico» donde está ubicada en dicho ámbito. Debemos elegir la zona del lugar de «mayor luminosidad ya que por más que elijamos un ambiente luminoso, si esxiste un sector cercano con mayor luz solar, la planta experimentará la etiolación inclinándose hacia dicho sector.

Cómo reproducir plantas suculentas.

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