Berro «Uso medicinal»

El berro común o de fuente, llamado así porque se encuentra comúnmente en sus orillas, o en pequeños riachuelos o saltos de agua,.es una planta herbácea, oriunda de Persia, pero connaturalizada, desde muy antiguo, en Europa.

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Crece espontáneamente y es objeto de cultivo cuidadoso, por su importancia como alimento y por ser un buen reconstituyente, según veremos más adelante. En Francia, hay un antiguo proverbio que-dice «Dadme berros de fuente que son la salud del cuerpo».
La palabra berro deriva del nombre celta de esta planta : berror. que en bretón es beler y estos vocablos a su vez derivan del cimrico berroy, de bar o ber, que significan fallo o hierba, y groy: agua.

Propiedades y beneficios para la salud

Rico en yodo, hierro, vitaminas A, C y E.
Utilizado como estimulante y diurético.
Usado en medicina popular para aliviar la bronquitis y ciertas afecciones cutáneas.

Las virtudes medicinales del berro son muy parecidas a las del rábano rusticano, particularmente en cuanto se considera como antiescorbútico y reconstituyente.
Los buenos efectos que para combatir el escrofulismo (linfadenitis cervical) y raquitismo se atribuyen al berro, los debe a sus componentes, puesto que, según el análisis químico, contiene yodo, hierro y fosfatos. Así pues deben comer berros en abundancia las personas con tendencia al escrofulismo y especialmente los niños desnutridos y raquíticos.

El berro, como el rábano rusticano, además de ser considerado como específico contra el escorbuto, es también un preservativo de esta grave enfermedad, característica, de los países fríos, y originada, casi siempre, por la mala alimentación.

Por esta misma razón, se explica el uso que se hace de los berros, mascándolos y escupiéndolos luego, para combatir ciertas enfermedades de las encías.
Además, por sus virtudes diuréticas, el berro es un remedio popular contra las afecciones de los riñones, y al mismo tiempo, es estimulante y depurativo.

El zumo de berros, que se obtiene machacando en un mortero las hojas frescas, prensando la masa y filtrando el líquido resultante, es un remedio muy común que se da a las personas predipuestas a la tuberculosis. También se usa este zumo como anticatarral. La planta es jugosa y se presta a su extracción.

La dosis del zumo de berros, para uso interno, puede ser media jicara o una, según la edad, mañana y tarde, esto es, dos tomas al día. En dosis más elevadas podría producir ligeras irritaciones intestinales, aunque sin consecuencias graves.

Con este zumo, clarificado por la acción del calor, se prepara el jarabe de berros (10 partes de zumo por 18 partes de azúcar).

Dícese que el berro, en cocimiento, es un antídoto de la nicotina, principio activo del tabaco, en los casos de envenenamiento por esta substancia. Científicamente no se le reconoce al berro esta virtud, pero puede probarse como contraveneno de urgencia, ya que en caso de no dar resultado tampoco ha de causar daño alguno.

Las hojas de berro se usaban antiguamente para curar la tiña, aplicándolas cocidas y en forma de cataplasma sobre la parte dañada. Tratándose de esta enfermedad parasitaria, no son de extrañar los efectos del berro, ya que pueden ser debidos a los principios que contiene dicha planta, la cual despide, al machacar las hojas, una esencia algo picante, que puede obrar como anti-parasitaria.

Aunque el berro usualmente se come crudo en ensalada, también se prepara con él una sopa apetitosa que produce buenos resultados como reconstituyente.

El berro se emplea asimismo asociado a otras plantas de las llamadas antiescorbúticas.

Contraindicaciones

No debemos concluir este artículo sin hacer una advertencia, respecto a los peligros que puede ofrecer el comer berros crudos procedentes de aguas encharcadas o cercanas a viviendas, ya que pueden ser vehículo de gérmenes patógenos, productores de enfermedades infecciosas. No son pocas las veces que han ocurrido epidemias tíficas o paratíficas en poblaciones rurales por haber comido berros recolectados en aguas contaminadas.
Los berros de buena calidad han de haber crecido cerca de aguas corrientes y limpias, y mejor aún, adquirirlos de aquellos horti¬ cultores que los cultivan en terrenos a propósito, igual que las demás verduras.

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