Oliva o aceituna «Uso medicinal»

Diferencia entre oliva y aceituna

Antes de adentrarnos en el artículo cabe destacar que oliva y aceituna son 2 maneras de referirse a la planta y al fruto de la especie Olea europaea vulgarmente llamanda olivo u árbol de olivo. Es decir que, ambos términos son sinónimos.

Hecha esta aclaración debemos tratar con alguna extensión del árbol que la produce, al cual todos los pueblos, desde la más remota antigüedad, han tenido en gran estima, considerándole algunos de ellos como el rey de los árboles, y también como árbol sagrado.
El conocimiento del olivo silvestre, del cual deriva el olivo cultivado, es tan antiguo que se pierde en la sombra de los tiempos.
El olivo es notabilísimo y de gran utilidad por varios conceptos: por la abundancia y estima de su fruto, por sus hojas perennes, ver¬ des todo el año, y por su larguísima vida, ya que un olivo puede vivir millares de años. Según la tradición, se conservan todavía en el Monte de los Olivos, al Este de Jerusalén, árboles descendientes de aquellos olivos que presenciaron la oración de Jesucristo en el huerto de Jetsemaní.

Aplicación en medicinal natural

Respecto a los de la oliva o aceituna solamente podemos decir que se considera aperitiva y estimulante, debido a su sabor ligeramente amargo y a los principios aromáticos desprendidos de las hierbas que se utilizan para el adobo y conservación de este fruto. De todos modos, la aceituna por sí, estimula la secreción del jugo gástrico y favorece la digestión.

Por tal motivo, se recomienda a las personas que tienen desgana y necesitan estimular el apetito, que coman aceitunas. No obstante hay que exceptuar a los individuos delicados del estómago, a quienes aconsejamos hagan uso moderado de las mismas, puesto que peían ser es indigestas, debido al tejido celulósico que las envuelve.
Los antiguos médicos recomendaban a los tísicos que comieran muchas aceitunas, sin duda por la doble indicación de ser alimenticias. debido al aceite que contienen y también aperitivas en razón a su principio amargo.

Se les atribuye también alguna de las propiedades del aceite, el cual, como veremos más adelante, tiene positivas virtudes medicinales.
Antiguamente la pulpa, machacada en un mortero y extendida sobre un trapo, se usaba para curar las quemaduras.

Este remedio preparado con la aceituna fresca, actúa por el aceite que contiene pero debe hacerse únicamente cuando no se dispone de otros remedios que le aventajan.
Las aceitunas negras, se emplean para preparar una decocción que en algunos puntos de España se usa en lavativas en los casos graves de congestiones cerebrales y obstrucciones intestinales.

Se hierven en agua durante una hora, en la proporción de un buen puñado de aceitunas por un litro de agua, y se utiliza el liquido resultante, debidamente filtrado. En general, estas lavativas producen buenos y rápidos efectos.

El orujo, o sea el residuo de las aceitunas, después de prensado, se utiliza para la alimentación de los cerdos, aves de corral y otros’ animales domésticos. Asimismo, es buen combustible y excelente abono. Si del orujo ha sido extraído, con el sulfuro de carbono, el poco aceite que no han podido separar las prensas, sirve sólo como combustible y como abono, pero no como alimenticio porque ya no contiene principio nutritivo alguno.

Antes de concluir el estudio de la aceituna, diremos algo del adobo de la misma, para dedicarla a la alimentación.

Las fábricas de conservas adoban las aceitunas, especialmente as gruesas, empezando por tratarlas con una lechada de cal o con una lejía de sosa, para ablandarlas, para quitarles la acritud y también para ganar tiempo. Esto lo consideramos inconveniente, porque lo agradable es el sabor natural de la aceituna y, aunque resulta algo acre, queda muy bien compensado, al adobarlas, con la sal y las hierbas aromáticas, no ganando casi nada con las lejías y la cal, a cambio de perjudicar el sabor natural de la oliva.

Es tal el poder que tiene la sosa de ablandar las aceitunas que en un caso dado puede usarse el siguiente procedimiento para su adobo rapidísimo Consisfp í>n ponerlas pn marerarión ron nna lejía de sosa, muy concentrada, durante 5 ó 6 horas, y hacer luego repetidos lavajes con agua y sal para que no quede el sabor de la lejía.

A todas las familias que quieran preparar en casa el adobo de aceitunas, para su consumo, les aconsejamos un método muy sencillo, económico y de buen resultado, que consiste en lavarlas y ponerlas en un recipiente, por cada kilo de aceitunas, 500 gramos de sal y tres o cuatro litros de agua.

Se añaden las hierbas aromáticas, procurando que sean frescas y bien olorosas y luego se tapa. Se deja así en reposo por espacio de tres o cuatro semanas, al cabo de las cuales puede ya comerse la aceituna.

Si antes del adobo se hace con un cuchillo dos o tres cortaduras en cada aceituna, se interpone mejor la sal y el principio aromático de las hierbas, pudiéndose empezar a comer una o das semanas antes; en algunas regiones, en lugar de cortarlas, las aplastan ligeramente, lográndose lo mismo. El recipiente donde se hace el adobo de las aceitunas, debe ser de tierra cocida barnizada o de vidrio y nunca de metal.

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