Por sit amplia variedad de formas 1 y colores, su disponibilidad en toda época y la facilidad de su cultivo, las bulbosas son, sin lugar a dudas, uno de los grupos más versátiles a la hora de diseñar un jardín. Ya sea situadas entre plantas perennes, o dispuestas en grandes macizos, cualquier emplazamiento es bueno para su cultivo.
¿Qué es una planta bulbosa?
En sentido amplio, se denominan bulbosas a aquellas plantas que poseen un órgano subterráneo perenne, del que cada año se desarrollan las hojas y flores. Bajo esta denominación se agrupan 19 familias, con más de 120 géneros y multitud de especies y variedades. Dado que el cultivo de bulbosas o bulbicultura se remonta en Europa al siglo XV, las variedades obtenidas dentro de cada especie son casi infinitas. Así, sólo de tulipanes se superan ya las 4.(X)0 y de narcisos más del doble de esa cifra.
Ficha completa
¿Cómo se clasifican?
El criterio que se sigue en jardinería para clasificar las bulbosas atiende a ía forma y disposición de! órgano subterráneo. Según éste se distinguen:
• Bulbos: Son los órganos de reserva de las Monocotiledóneas. Su forma es más o menos esférica, aunque por su parte inferior o disco son aplanados. Si se corta un bulbo transversalmente se ve que está formado por varias hojas o escamas carnosas similares a las de la cebolla. Los ejemplos más típicos de bulbosas son: jacintos, narcisos y tulipanes. En las orquídeas se da una estructura similar en este órgano, también formado a partir del tallo y denominada pseudobulbo. Este se distingue de los verdaderos bulbos debido a que crece en la superficie.
• Tubérculos o tuberobufbos: Son estructuras de reserva formadas a partir del tallo. En su superficie se desarrollan pequeñas depresiones, en cuyo interior se emplaza una yema
. superficial de la que se puede desarrollar una planta completa. Buenos ejemplos de tubérculos son el gladiolo, la begonia tuberosa y ¡a patata.
• Raíz tuberosa: Si el engrosamiento se produce a partir de la raíz en lugar del tallo, se denomina a esta estructura raíz tuberosa y se distingue del tubérculo en que mientras en éste sólo se aprecia un solo cuerpo, la raíz tuberosa presenta múltiples engrosamientos. Ejemplos clásicos son las dalias y los ciclámenes.
• Rizomas: Son formaciones de reserva constituidas a partir del tallo, que se distinguen de los tubérculos por crecer paralelos al suelo y presentar más de una yema por estructura. Puede servir como ejemplo e! lirio.
¿Cuánto tiempo viven?
En teoría, las bulbosas pueden vivir indefinidamente; pero en la práctica, si se deja un bulbo enterrado mucho tiempo, se observa que la producción de flores y el tamaño de éstas va disminuyendo. Es lo que se ha dado en llamar «degeneración del bulbo», que se evita sacando todos los años los bulbos del suelo y obteniendo nuevos ejemplares por esquejado o por separación de los bulbillos hijos.
Las plantas bulbosas en casa
Además de en el jardín, en donde su utilidad es innegable, las bulbosas tienen un emplazamiento idóneo en el interior de la casa. Cuando los fríos son más intensos y el exterior muestra un aspecto árido v desolador, sus (lores vienen a aportar colorido a nuestro hogar.
¿Qué debe observarse al comprar un bulbo?
Las características que debe reunir para que dé resultados satisfactorios son:
- 1) Buen tamaño y aspecto lozano a primera vista; hay que rechazar todos aquellos que muestren manchas mohosas, se encuentren muy arrugados o tengan escaso desarrollo.
- L,as cebollas han de presentar una consistencia dura y turgente y no tener ninguna zona reblandecida, pues esto será señal de que han recibido un golpe y se pudrirán en breve.
- Al cogerlos, todos los bulbos han de resultar pesados en relación con su tamaño; si no sucede así, será que han permanecido fuera de la tierra largo tiempo y están medio secos.
¿Dónde es conveniente plantar?
Por regla general, casi todas las bulbosas presentan escaso desarrollo radicular y pocas hojas. Por este motivo, los recipientes más apropiados para su plantación deben tender a ser más anchos que altos, al objeto de poder plantar numerosos ejemplares, de modo que resulten compactos a la vista.
Para algunas especies como los jacintos, existen recipientes especiales en forma de copa, en cuya parte superior se deposita un solo ejemplar, creciendo posteriormente las raíces sobre ei agua. Se consiguen bellos efectos combinando varios de estos recipientes, normalmente tres, de diferentes alturas. Para los crocus se han desarrollado asimismo unas macetas especiales en forma de bola, que presentan múltiples agujeros por donde una vez plantados, hacen su aparición las llores.
¿ Cómo hacerlo?
Sea cual sea el recipiente elegido, lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de plantar es suministrarle a la planta una tierra adecuada. Algunas bulbosas, como begonias, ciclámenes, gladiolos y crocus, son muy exigentes en cuanto a la materia orgánica y, por tanto, conviene proporcionarles una tierra rica en humus. Otras, como los hipeastros y fritilarias, lo son menos y se conforman con una buena tierra de jardín. En todos los casos es fundamental el drenado, pues los bulbos son muy propensos a pudrirse, si la tierra retiene el agua en exceso. Por este motivo, lo primero que hay que hacer es disponer sobre el fondo de la bandeja, una capa de arena o grava que facilite el drenaje. Sobre ésta, se echa otra capa un poco más gruesa de tierra, y sobre ella y después de apelmazarla, se colocan los bulbos juntos, pero sin llegar a tocarse; después se agrega más tierra, pero teniendo la precaución de no tapar el tercio superior de cada bulbo. Una vez efectuada esta operación, se dispone la bandeja en un sitio fresco y se la tapa con una bolsa de plástico negro hasta que empiecen a brotar. Al cabo de unas 7 semanas, cuando las plantas tengan sus brotes igeramente desarrollados, se Ies va acostumbrando poco a poco a la luz y en una semana más se les sitúa en el lugar definitivo. Durante todo el proceso hay que vigilar la humedad, que debe permanecer dentro de unos imites adecuados para que los bulbos no sufran.
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