Muchas veces se habrá
preguntado cómo es posible el
que se den tantas variedades de
un mismo frutal tan diferentes y
cómo siendo de la misma especie
es posible obtener frutos en
estaciones tan alejadas. El
secreto está en que Ja mayoría de
los hortofloricultores conocen y
utilizan unas técnicas nada
complicadas pero de
espectaculares resultados…,
el injerto.
¿Cómo proceder?
Los frutales se injertan
preferentemente con el mismo
sistema que se ha descrito para
las rosas, es decir, el injerto de
yema en T o escudete, pero con
la salvedad de que aquí la yema
se inserta a unos 15-20
centímetros del suelo. También
hay que tener en cuenta que para
obtener un buen injerto de frutal
hay que utilizar un pie adecuado,
pues de to contrario el fracaso es
casi seguro.
¿Qué pies son más recomendables?
Los floricultores ingleses son los
que más han desarrollado estas
técnicas, por eso no hay que
extrañarse de que la mayoría de
las variedades de pies lleven
nombres anglosajones. Para
injertar manzanos son muy
buenos los portainjertos tipo
«Mailing» si se trata de manzana
dulce, y «Mailing Merton» si se
pretende emplear manzana ácida.
Para los perales serán más
convenientes los pies del tipo
«Mailing Quince A» mientras
que los cerezos prenderán mejor
sobre un pie de Prunus avium de
variedad «Mazzard» o «Gean».
Los almendros, mandarinos y
melocotoneros pueden plantarse
todos sobre pies tipo
«Brompton», pues la variedad
admite una gran variedad de
especies. Se da el caso de que
algunos floricultores habilidosos
han logrado injertar sobre un
solo pie dos tipos de frutas
diferentes, con lo que una rama
del árbol da por ejemplo
albaricoques, mientras que la
otra proporciona ricos
melocotones. Por último, los
ciruelos se desarrollarán mejor,
más sanos y vigorosos si se
injertan sobre un pie tipo
«Myrobalan».
¿En qué consiste el reinjerto?
Es una práctica que sirve para
convertir viejos frutales en
variedades distintas. Para ello se
cortan las ramas dejando los
muñones, sobre los que se injerta
mediante el sistema de púas o
corona los nuevos brotes. Estas
nuevas ramas darán mayor vida
al árbol y las viejas raíces
facilitarán el que los nuevos
injertos prendan con facilidad y
se vuelvan más resistentes.
¿Hay otro sistema para injertar
frutales?
Después del sistema en T, los
métodos más recomendables son
el de corona, explicado en la
ficha 521 y el denominado «a
caballo». Para realizarlo se planta
una de las variedades
anteriormente recomendadas
durante el invierno, a fin de
poderlas utilizar en febrero o
marzo del año siguiente. En esa
época se corta el pie hasta unos
10-15 centímetros del nivel del
suelo y sobre la parte superior se
da un corte sesgado de 4-5
centímetros de longitud y junto
al extremo del primer corte se da
otro nuevo en forma de V,
formando así una especie de
lengüeta. La púa debe tener 3 ó
4 yemas y se habrá preparado a
partir de retoños del año
anterior. Esta se cortará de la
misma forma que el
portainjertos, pero al revés, de
forma que ambas lengüetas
puedan imbricarse la una en la
otra. Para que queden
firmemente unidas se atan
con rafia y se fija con cera
especial para injertos.
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