Un estilo japonés para decorar con plantas
La filosofía y costumbes japonesas quedan reflejadas en la técnica oriental de arreglos florales denominada Ikebana.
Este arte permite expresar, junto a la belleza de las flores, el espíritu y la personalidad de quien los combina. Para realizarlo sólo hace falta: flores frescas, algunas ramas, conchas o piedras, un recipiente paracolocarlas y buen gusto.
¿Qué es el ikebana?
El ikebana es el arte japonés del arreglo floral. Dicho así no parece que se diferencie en demasía del arreglo tradicional de centros florales que se practica en occidente, pero si analizamos la palabra ikebana veremos que encierra mucho más. En efecto, el término ikebana significa aproximadamente «plantas y flores mantenidas vivas» y esto es lo que trata este arte, expresar mediante las flores sentimientos vitales, es decir, que el arreglo, aparte de dar un aspecto agradable, debe decir algo.
En el ikebana se «habla» tanto con las especies elegidas como con los colores de éstas o la forma de su disposición.
Ficha completa
¿Cómo se utiliza?
En el Japón, su país de origen, el ikebana, en japonés 生け花, tiene un lugar permanente en el hogar; nos referimos al «tokonoma» o pequeña hornacina revestida de un paño parcialmente enrollado que sirve de fondo a las delicadas composiciones florales. Estas van cambiando a lo largo de los días y así, el 3 de marzo, día que se celebra en Japón la fiesta de las muchachas, es frecuente encontrar en casi todas las casas unas sencillas composiciones a base de flores de melocotoneros, símbolo de la delicadeza femenina. Otros acontecimientos familiares, como bodas, bautizos o cumpleaños, tienen también sus composiciones florales específicas.
¿Qué estilos son los más
frecuentes?
A lo largo de los siglos, el ikebana ha experimentado diversos cambios e influencias. En la actualidad dos son los estilos más empleados, uno el denominado moríhana v otro el llamado ñaue iré. El primero, lleva traducción literal sería «flores agrupadas», es el que más se ajusta al temperamento europeo y se caracteriza por realizarse siempre en bandejas apianadas; por su parte, el nageire que podríamos traducir
por «echar dentro», mantiene una línea más espontánea y para su realización suelen utilizarse comúnmente recipientes más altos que anchos. Existen otros estilos, como el sencillísimo shoka que nunca emplean más de tres elementos en la composición, o el sofisticado chabana que se emplea únicamente para las ceremonias del té, de tan larga tradición en Japón.
El arte del ikebana necesita años para su completo dominio, pero si le despojamos de sus connotaciones filosóficas tan alejadas de nuestra mentalidad, se transforma en un tipo de arreglo floraI con el que se pueden conseguir bellos efectos.
Un ikebana accidentalizado puede que no exprese tanto sentimiento interno como uno japonés, pero seguro que a los ojos occidentales se ve igual de bonito.
¿Con qué materiales se trabaja?
La materia prima suelen ser las flores de estación, que han de cogerse cuando aún no se han abierto del todo. Como elementos acompañantes pueden emplearse ramas secas, conchas, piedrecitas o cualquier otro elemento natural que armonice con el conjunto. Es fundamental también un juego de kenzit o pequeñas plataformas de plomo con multitud de clavos afilados en su superficie que facilitarán la
sujeción del conjunto floral y actuarán muchas veces de contrapeso. Los jarrones deben elegirse entre los más sencillos y de colores poco chillones, como ya se ha mencionado; en las composiciones morí batía se elegirán de tipo aplanado y forma circular u oval, mientras que en los de tipo nageire serán
más bien altos y de forma cilíndrica o cuadrangular. El equipo se puede completar con unas tijeras fuertes de podar, otras más ligeras para las flores, un poco de cinta aislante, un rollo de alambre fino y un pulverizador de agua.
¿Cómo se inicia un ikebana?
Tal vez los más sencillos de realización sean los moribana. en los que se juega con tres alturas, una que representa el cielo, otra a la tierra v la última al hombre. A su vez, las ramas o flores que representan el cielo deben disponerse a una altura que equivalga a una vez y media e! diámetro del jarrón más la altura de éste. Las flores que representan la tierra deben alcanzar una altura de aproximadamente la mitad del cielo, mientras que las que simbolizan al hombre no deben superar las 3/4 partes de este último. El corte de las flores es preferible que se haga bajo el agua y en forma horizontal, pues así se impide la entrada de aire en los tallos y se facilita la sujeción en los kenza o plataformas de pinchos. Después no hay más que dejar volar la imaginación y partiendo de los tres elementos básicos antes mencionados, intentar expresar un sentimiento o idea. Hay que huir de las composiciones abigarradas v multicolores tan al uso entre la mayoría de los floristas v concentrarse en las líneas puras de suaves curvaturas.
Para lograrlas, tanto ramas como flores deben doblarse poco a poco entre los dedos y con las manos humedecidas. El ikebana síilo pone una restricción en sus composiciones y es la «prohibición» de emplear el número cuatro en un centro. Es decir, no se deben emplear nunca 4 flores del mismo tipo, ni 4 ramas iguales, ni tan siquiera dejar una pequeña rama con 4 hojas. La explicación es muy sencilla, el pictograma que representa el número 4 también representa algo muy alejado de una bella composición floral…. la muerte.
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